El domingo 25 de noviembre, a eso
de las 11, antes del meridiano conocí a una extraordinaria riatura humana que
por demás llamaba la atención de todos quienes transitábamos entre 10 de agosto
y Robles, sin tapujos de ninguna índole me atreví a acercarme donde ella. No
puedo decir que precisamente sea ella porque en realidad son dos, viviendo en
el cuerpo de una y no precisamente de manera metafórica, aunque quisiera que
así lo fuera, sino, lo que la una piensa o siente, que si bien según algunos
pensadores sería lo mismo, la otra parte también lo hace. Según sus propias
palabras, ellas o en este caso, la primera se dio cuenta, que era más fuerte
que la voluntad de la segunda el día que aprendió a caminar, dice no haber sido
muy difícil, lo extraño era que en ese preciso momento la voluntad era reducida
por la fuerza, es decir de su yo primera.
Extraño caso amigo mío pero me ha
caído muy bien, así que le contaré algunas cosas de mi vida, acotó.
...es así como se da inicio a
esta muy peculiar entrevista en la cual la incomodidad fue un elemento que
persistió pues yo no sabía si las preguntas estaban dirigidas para la primera o
la segunda hasta que llegamos a su casa, un lugar bastante agradable que
contaba con una mueblería muy rara, de la cual elegimos una que disminuyó la
tensión y nos puso frente contra frente, con las dos...en ese momento ya éramos
tres los que nos habíamos embarcado en este loco viaje sin retorno.
Empecemos por el inicio ¿quiénes
fueron sus padres? ¿Qué pensaron cuando las vieron por primera vez?
- Cómo usted sabrá mi querido
amigo, los seres humanos - normales - carecen de esos recuerdos pero quién ha
dicho que soy un persona normal, por lo tanto, le diré lo que me pasaba. En
cierta ocasión, mi padre luego de llegar del trabajo - supongo que tuvo un día
difícil - al verme y al parecer confundiéndome con una de las plagas que
azotaba nuestra casa, me dio una tremenda patada que casi me desbarata, algo
que sentí muy profundamente, es decir las dos lo sentimos. Mi madre se
compadecía por nosotras, algo que hasta cierto punto terminó por cansarme y
creo que eso nos pasó a las dos, es imposible que fuera de otra manera.
...y así entre algunos recuerdos
nostálgicos se llevó a cabo una de las entrevistas más intensas y poco
inusuales que he tenido en los últimos años como periodista de investigación.
¿Se ha enamorado usted?
Desde todos las puntos de vista,
el amor es un sentimiento muy extraño de sentir, más aún, en mi caso. De todas
maneras haré lo posible por contar esa historia.
Sí señor periodista, alguna vez
pasó. Lo conocí en casa de una de mis pocas amigas, desde que lo vi supe que le
gustaba, esas cosas se notan y en nuestro caso, lo notamos las dos.
Eran muchos las pensamientos que
rondaban mi cabeza aquellos días, por ejemplo ¿me amaría sólo a mi primera, o
quizá a la criatura que conformamos las dos? Eso era algo que no iba a
soportarlo, sobre todo si en él éxtasis de las pasiones, cuando sus manos
recorriesen mi cuerpo - las otra que sentía lo que a mí me pasaba - ¿se
sofocaría en el calor de nuestro acto celestial?
Muchas preguntas recorrían mí
cabeza que en este caso particular como Ud lo verá querido amigo profesional
eran las ideas que nos ocurrían a las dos.
De un hombre muerto a puntapiés -
" La doble y única mujer"
David Aguilar
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