miércoles, 11 de mayo de 2016

Entrevista a la doble y única mujer

El Comercio
20 de diciembre de 1942
Entrevista a la doble y única mujer
(Obra de Pablo Palacio)




El domingo 25 de noviembre, a eso de las 11, antes del meridiano conocí a una extraordinaria riatura humana que por demás llamaba la atención de todos quienes transitábamos entre 10 de agosto y Robles, sin tapujos de ninguna índole me atreví a acercarme donde ella. No puedo decir que precisamente sea ella porque en realidad son dos, viviendo en el cuerpo de una y no precisamente de manera metafórica, aunque quisiera que así lo fuera, sino, lo que la una piensa o siente, que si bien según algunos pensadores sería lo mismo, la otra parte también lo hace. Según sus propias palabras, ellas o en este caso, la primera se dio cuenta, que era más fuerte que la voluntad de la segunda el día que aprendió a caminar, dice no haber sido muy difícil, lo extraño era que en ese preciso momento la voluntad era reducida por la fuerza, es decir de su yo primera.
Extraño caso amigo mío pero me ha caído muy bien, así que le contaré algunas cosas de mi vida, acotó.

...es así como se da inicio a esta muy peculiar entrevista en la cual la incomodidad fue un elemento que persistió pues yo no sabía si las preguntas estaban dirigidas para la primera o la segunda hasta que llegamos a su casa, un lugar bastante agradable que contaba con una mueblería muy rara, de la cual elegimos una que disminuyó la tensión y nos puso frente contra frente, con las dos...en ese momento ya éramos tres los que nos habíamos embarcado en este loco viaje sin retorno.

Empecemos por el inicio ¿quiénes fueron sus padres? ¿Qué pensaron cuando las vieron por primera vez?
- Cómo usted sabrá mi querido amigo, los seres humanos - normales - carecen de esos recuerdos pero quién ha dicho que soy un persona normal, por lo tanto, le diré lo que me pasaba. En cierta ocasión, mi padre luego de llegar del trabajo - supongo que tuvo un día difícil - al verme y al parecer confundiéndome con una de las plagas que azotaba nuestra casa, me dio una tremenda patada que casi me desbarata, algo que sentí muy profundamente, es decir las dos lo sentimos. Mi madre se compadecía por nosotras, algo que hasta cierto punto terminó por cansarme y creo que eso nos pasó a las dos, es imposible que fuera de otra manera.
...y así entre algunos recuerdos nostálgicos se llevó a cabo una de las entrevistas más intensas y poco inusuales que he tenido en los últimos años como periodista de investigación.
¿Se ha enamorado usted?
Desde todos las puntos de vista, el amor es un sentimiento muy extraño de sentir, más aún, en mi caso. De todas maneras haré lo posible por contar esa historia.
Sí señor periodista, alguna vez pasó. Lo conocí en casa de una de mis pocas amigas, desde que lo vi supe que le gustaba, esas cosas se notan y en nuestro caso, lo notamos las dos.
Eran muchos las pensamientos que rondaban mi cabeza aquellos días, por ejemplo ¿me amaría sólo a mi primera, o quizá a la criatura que conformamos las dos? Eso era algo que no iba a soportarlo, sobre todo si en él éxtasis de las pasiones, cuando sus manos recorriesen mi cuerpo - las otra que sentía lo que a mí me pasaba - ¿se sofocaría en el calor de nuestro acto celestial?
Muchas preguntas recorrían mí cabeza que en este caso particular como Ud lo verá querido amigo profesional eran las ideas que nos ocurrían a las dos.
De un hombre muerto a puntapiés - " La doble y única mujer"

David Aguilar







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